En la actualidad, se observa una preocupante disminución en el hábito de la lectura entre los jóvenes. Este fenómeno se atribuye a varios factores. El avance de la tecnología generó una mayor preferencia por el entretenimiento digital, como redes sociales, videojuegos y plataformas de streaming, relegando la lectura a un segundo plano.
Además, la falta de tiempo debido a las múltiples actividades extracurriculares y la carga académica también influyen en esta tendencia. Otro aspecto relevante es la falta de incentivo y ejemplo por parte de los adultos, quienes muchas veces no promueven ni practican la lectura en su entorno familiar.
La creciente influencia de las redes sociales y el entretenimiento digital conlleva a una disminución en la concentración de los jóvenes para dedicarse a la lectura. La inmediatez y gratificación instantánea que ofrecen estos medios contrastan con el proceso más pausado y reflexivo que requiere el hábito de la lectura, lo que puede resultar menos atractivo para esta generación. Asimismo, la sobreexposición a pantallas puede afectar negativamente la capacidad de concentración y comprensión lectora.
Por otro lado, el estilo de vida actual, los jóvenes suelen percibir la lectura como algo tedioso o aburrido, en comparación con otras formas de entretenimiento más dinámicas y visuales, las cuales pueden estar influidas por la falta de acceso a lecturas que se ajusten a sus intereses y necesidades.